Cultura Previsional: Estimulando la cultura del ahorro

ahorroUno de los aspectos más importantes de la previsión y seguridad social es el de concientizar a los trabajadores, aportantes a sistemas de seguro social públicos o privados, acerca de la importancia de tener un ahorro. En nuestro sistema laboral y de remuneraciones, los meses de julio y diciembre son los ideales para que este fondo personal o familiar, que cada individuo mantiene de forma voluntaria, ordenada y sistemática, se incremente más de lo habitual. Esto debido a las gratificaciones salariales que recibimos si trabajamos en una institución formal. Incluso algunas pequeñas y micro empresas o centros de trabajo informales ofrecen una suerte de aguinaldo a sus trabajadores. A causa de cómo está la economía actual, una gran cantidad de trabajadores, profesionales, empleados y subempleados, no son capaces de ahorrar con regularidad, particularmente porque estos ingresos extra son destinados al pago de deudas adquiridas previamente. Sin embargo es importante entender claramente cuál es la importancia de hacer el esfuerzo y ahorrar.



¿Qué podemos responder si alguien nos pregunta qué es el ahorro? En términos prácticos, es la parte de nuestro ingreso que no destinamos a gastar y conservamos para el futuro con diversos fines como pagar un gasto futuro, hacer una compra importante, invertir en un negocio, resolver emergencias de salud, etc.

Ahorrar dinero y crear un fondo de ahorros son algunas de las metas financieras personales que todos tenemos. Sin embargo a medida que pasa el tiempo y llegan las obligaciones, este propósito de ahorro parece quedar en el olvido. Cuando hablamos de ahorrar dinero, siempre encontramos excusas para justificar no cumplir con las metas financieras que nos hemos propuesto.

Pocos ahorran de una forma disciplinada y constante para un fin mayor como mejorar el nivel de vida, emprender un negocio o algo que nos acerque a ganar nuestra libertad financiera. La mayoría de las personas solo reciben su dinero y lo gastan sin ahorrar absolutamente nada.

Muchas personas no solamente gastan todo sino que se endeudan adquiriendo artículos que realmente no necesitan, cayendo en un círculo vicioso de comprar y luego pagar, haciendo uso indiscriminado de sus tarjetas de crédito, debido a que muchas instituciones financieras estimulan, a través de la publicidad, el consumo permanente de todo tipo de cosas, productos y servicios y ofrecen facilidades para obtener líneas de crédito que, después, se convierten en serios problemas financieros que afectan la seguridad de la familia y la estabilidad emocional del individuo.

Una de las razones por las cuales es muy difícil incentivar la cultura del ahorro en nuestro medio es el bajo salario de la mayoría de personas, sean o no profesionales. Y como la publicidad ejerce mucho poder persuasivo en las personas, las tarjetas de crédito surgen como una solución inmediata a esta falta de liquidez pero eso, a la larga, es una fuente de problemas que afectan la calidad de vida de aquellas personas que terminan gastando más de lo que pueden pagar en proporción a sus ingresos.

Por eso es necesario estimular la cultura del ahorro para contar siempre con un fondo personal que nos permita afrontar situaciones de las que nadie está libre, como por ejemplo perder el trabajo y pasar largos meses sin conseguir uno nuevo, sufrir un accidente o una enfermedad que exija grandes desembolsos de dinero, etc.

Si ponemos estas situaciones en la balanza, entenderemos que son más importantes que otras actividades, quizás más placenteras en algunos casos, pero que no son de primera necesidad. Es necesario fomentar la conciencia de mantener un equilibrio entre los ingresos y los gastos e ir generando excedentes para el futuro.

Puede ser en alguno de las diversas clases de cuenta bancaria que estas instituciones ofrecen (plazo fijo, cuenta corriente, cuenta de ahorros, fondos mutuos) o en la tradicional alcancía, pero siempre es bueno generar este fondo de ahorro, sobre todo si es un hábito que hemos aprendido desde niños. 

En sociedades como la nuestra, que están marcadas por la desconfianza en los sistemas financieros, se suele guardar dinero en efectivo "debajo del colchón" o incluso en cajas fuertes instaladas en alguna zona estratégica del hogar (dormitorio, estudio, etc.). Es también una buena idea aunque es necesario tomar diversas precauciones de seguridad en estos casos.

La inseguridad ciudadana es otro factor a tomar en cuenta al momento de decidir la modalidad de ahorro. Si bien es cierto los asaltos en la calle, los "marcas" e incluso la complicidad entre trabajadores de los bancos y delincuentes, según la cual los primeros mantienen informados a los segundos cuando una persona ha retirado sumas importantes de dinero, de forma que lo siguen y despojan de sus pertenencias, guardar dinero en un banco sigue siendo en la actualidad la manera más segura de ahorrar.

Comentarios