El reto de ser padres en la actualidad

El reto de ser padres en la actualidad
En tiempos pasados era mucho más sencillo dedicarse a ser padres. A pesar de que en las sociedades modernas del siglo 20 siempre han existido riesgos, como por ejemplo la delincuencia en entornos familiares de escasez económica, poca educación y ambientes violentos, la escalada de la cultura de la droga en los 60s o el consumo temprano de alcohol y tabaco (tan común desde los años 30s), existía el llamado control social, esa institución subjetiva y omnipresente que permitía a los padres guiar a sus hijos por la senda de valores básicos, elementales, como el respeto por los mayores, la honestidad, la buena higiene, el interés por la familia, los gustos por el deporte, la música o el trabajo, entre otras cosas que iban definiendo a los futuros adultos, independientemente del sector social o económico al que pertenecieran. La escuela contribuía en gran medida a esa educación y la inexistencia de los medios de comunicación masiva tal y como los conocemos ahora, plagados de conceptos sumamente enfocados en lo material y lo divertido como únicas formas de alcanzar la felicidad, hacía más fácil la tarea de inculcar a los hijos, desde la figura paterna (que este domingo está de celebración), cosas positivas y de buen gusto. Los cambios en los mass media y la aldea global de Marshall McLuhan comenzaron a producirse aproximadamente a mitad del siglo 20 (años 50s) con la aparición de la televisión y su capacidad multiplicadora de imágenes y mensajes. Hoy los cambios no se dan por décadas ni por años, sino cada dos semanas, con estímulos y modelos de comportamiento que se encuentran totalmente enfrentados con las buenas costumbres y que, gracias a la publicidad, son los preferidos de los hijos (y muchas veces, también de los padres). Hoy, ser padre es uno de los mayores retos del hombre moderno. ¿Qué tipo de padre eres?

La función paterna, desde el inicio de la historia, ha sido uno de los roles más importantes que los hombres realizan en sus vidas. En muchas ocasiones, ser padre es todo un reto en el que existe un enorme dilema entre el poder disfrutar de los hijos e hijas y pasar buenas momentos junto a ellos junto la labor principal y primordial de educar, teniendo que aplicar normas y enseñar patrones de conducta que no siempre resultan fáciles.

Antiguamente, la función de educar solía recaer totalmente en la madre mientras que la función de disfrutar y tener buenas experiencias con los hijos/as recaía en el padre. Afortunadamente, y desde hace algunas décadas, los roles del padres y de las madres han ido uniendo responsabilidades y ambos se encuentran con los mismos derechos y deberes frente a los hijos.

El reto que existe en la sociedad cambiante actual para cualquier padre y para cualquier madre es enseñar patrones educativos y buenas conductas que acaben dejando un buen legado educativo a sus hijos. La preocupación de los padres habitualmente reside en dónde está el término medio en el uso y aplicación de las normas así como la protección, el afecto y la disciplina que estos transmiten a sus hijos e hijas. De los modelos educativos existentes encontramos cuatro posibles como son:
  • Modelo sobreprotector: cuando los padres no dejan que su hijo crezca, alejándolo de cualquier posible frustración al situarlo en una burbuja irreal y crear una enorme dependencia a largo plazo.
  • Modelo permisivo: cuando los padres carecen de normas o sus normas son muy poco estrictas y causan en sus hijos una falta de seguridad y de adaptación a cualquier tipo de espacio y de disciplina.
  • Modelo autoritario: cuando los padres se exceden en la rigidez y el cumplimiento de sus normas así como de sus roles, causan miedo, falta de seguridad, introversión y sumisión en sus hijos, y en otros casos, rebeldía y falta de asimilación de cualquier tipo de norma.
  • Modelo democrático: un equilibro entre los tres anteriores donde existen normas coherentes con una gran base ética sin excederse en la autoridad y en la permisividad.
Ser padre se aprende poco a poco y nadie nace sabiendo cómo educar bien a sus hijos e hijas. Pero en muchas ocasiones, el sentido común es la mejor de las habilidades y competencias para tener buenos resultados y disfrutarlos. Algunos de los consejos que podemos obtener de este sentido común son:
  • Dar afecto y cariño a nuestros hijos de forma libre y sin miedos, y a medida que llegan a la adolescencia, ir ofreciendo espacios de intimidad para ellos.
  • No intentar hacer de nuestros hijos e hijas alguien perfecto y sin errores, ni una copia a imagen y semejanza de nosotros mismos. Es necesario respetar y comprender la individualidad de cada uno de los hijos como personas.
  • La frustración y los conflictos son parte inseparable de la naturaleza de la vida, no hay que intentar alejar a los hijos de ellos. La mejor opción es vivir esos problemas con total normalidad y aceptación.
Cuando se trata de ser padres hay que dejar los miedos y las inseguridades a un lado pues muchas veces es mucho más sencillo y natural de lo que nos pensábamos. Además, los errores forman parte inseparable de la realidad cotidiana de los seres humanos y no deben preocuparnos en exceso.
Nota editada de Emagister.com

Comentarios